Psicóloga Especialista en Fobias y Miedos en Las Palmas

La terapia psicológica resulta eficaz en el tratamiento de los miedos y las fobias. A través de ella, podrás encontrar apoyo y técnicas que te aporten las herramientas necesarias para hacerle frente a los miedos y mejorar tu calidad de vida. Una de las térapias más utlizadas es la Cognitivo Conductual, en la que a través de la exposición gradual la persona se enfrenta a su miedo de manera gradual y progresiva.

Esto se combina con la reestructuración cognitiva, en la que se identifican y cuestionan aquellas creencias o pensamientos irracionales o distorsionados que dificultan la capacidad de afrontamiento de la persona y se reemplazan por otros más realistas y adaptativos. Además se incluyen ténicas como el Mindfulness o la relajación, consiguiendo así que la persona disponga de todo aquello que le ayude a sentirse más segura y con capacidad para afrontar sus miedos y fobias.

• Fobia social: se trata de un miedo intenso a situaciones sociales o a ser juzgado de manera negativa por los demás, avergonzado o humillado, lo que le lleva a evitar todo tipo de situaciones sociales.
• Agorafobia: miedo a contextos en los que la persona no pueda huir o pedir ayuda, lo que puede llevar a evitar salir de casa.
• Zoofobia: miedo a irracional hacia algún tipo de animal, tal como las arañas, cucarachas, etc.
• Hematofobia: miedo a ver heridas, agujas o sangre.
• Necrofobia: miedo desproporcionado a la muerte.
• Aerofobia: miedo a volar.

El miedo es una respuesta emocional y cognitiva que experimentamos ante una situación percibida como amenazante, peligrosa o estresante. Se considera normal cuando esto se desencadena ante un estímulo real y presente y tiene un propósito evolutivo que es el de mantenernos con vida y a salvo.

Existen miedos que son universales, como el miedo a la muerte, a las enfermedades, etc. y otros que son aprendidos a lo largo de nuestras vidas, como el miedo al rechazo, al abandono, al fracaso, al cambio, etc. Estos miedos pueden venir generados por recuerdos de situaciones anteriores o por la anticipación negativa de lo que va a suceder, o también a raíz de creencias limitantes acerca de nosotros mismos, que nos impiden desarrollarnos con plenitud en muchos aspectos. Esto puede llegar a afectar a la calidad de vida y satisfacción de la persona. Los miedos pueden llegar a ser un obstáculo en el desarrollo y potencial de la persona, en su autoestima y en la confianza en sí misma.

El miedo puede dejar de ser una respuesta normal cuando afecta al funcionamiento diario de la persona, no sólo porque evita cualquier situación que tenga que ver con la situación temida, sino porque sus creencias o pensamientos son distorsionados e intrusivos, generando una reacción excesiva o desproporcionada. Si esto se mantiene en el tiempo y genera un malestar clínicamente significativo, podría llegar a convertirse en un trastorno de ansiedad o fobia.

Las fobias son trastornos de ansiedad que se caracterizan por un miedo intenso e irracional hacia un objeto, animal, situación o actividad concreta, y puede variar en cuanto a su naturaleza y gravedad. Lo común en todas ellas son las conductas de evitación y la reacción desproporcionada en quien la padece, esto es lo que marca la diferencia con el miedo, ya que en la fobia la ansiedad es muy elevada y resulta incapacitante.

Muy a menudo las fobias comienzan a desarrollarse en la infancia o adolescencia y persistir hasta la edad adulta. Y son una combinación de factores genéticos y contextuales, tales como experiencias negativas relacionadas con dicha fobia, por fuentes de información o excesiva sensibilidad.

Para averiguar si realmente padeces una Fobia es que sea diagnosticada por un profesional de la salud mental. En todo caso, sería importante que acudieras si presentas los siguientes síntomas:

• Miedo intenso, irracional y persistente, desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o situación específica.
• Necesidad imperiosa de huir o evitar dichas situación u objeto
• Síntomas físicos tales como sudoración, temblor, agitación, taquicardia, etc.
• Malestar significativo o deterioro del funcionamiento social, laboral o personal